contaba maru que, una vez, cuando era adolescente, paseando por la feria de almería con unas amigas (supogo que paquita fiñanera y otras), un señor que predecía el futuro, leía las cartas y la bola mágica, les salió al paso y les dijo que si querían saber qué les deperaba la vida. Ellas se rieron y se mofaron de él. Pero el adivino insistió y se intereso especialmente por ella, por maru.
como si de un juego se tratara, maru aceptó. entonces, cuando el adivino empezó a inagar dentro de la bola que todo lo ve, el gesto de su cara se empezó a ensombrecer y le dijo a mi madre que prefería no decirle nada, que era mejor no seguir mirando... pero que le esperaba una vida de sufrimiento.
maru no le dió importancia en esos momentos. luego, con el transcurso de los acontecimientos, a veces recordaba ese capítulo y pensaba que el adivino había acertado.
qué pena.
El antiguo hogar pasó a ser
ResponderEliminarla casa de las vacaciones.
Y ahora pienso que, tal vez, ahora
no tiene sentido perderlo también.
Soy la hija menor de Paquita "fiñanera".Recuerdo a tu madre con gran cariño.Mi madre me habla mucho de su infancia de sus graciosas discusiones con Maruja y de esa necesidad que tenian siempre de reconciliarse como dos hermanas con cualqier escusa.Esta sintiendo mucho su perdida y os llamara.Un abrazo muy sentido en memoria de esa gran madre que era para vosotros y esa gran amiga que fue para nosotros.
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